Alimentación, salud, educación, seguridad , empleo y paz son las condiciones básicas que todo estado debe garantizar a sus ciudadanos , independiente de la forma de gobierno.

En Honduras , los altos indices de pobreza, inequidad, inseguridad y desintegración familiar, junto a un elevadisimo endeudamiento publico mas alla de nuestra capacidad de pago, son la mejor prueba que sus gobiernos le han quedado a deber a los hondureños.

Lamentablemente, los acontecimientos actuales confirman que la dirigencia política, tanto del oficialismo como de oposición, no tienen la menor intención de cambiar este orden de cosas, ya que su prioridad es obtener o conservar el poder, a efectos de gozar ellos y sus allegados , los beneficios del mismo y del presupuesto nacional.

Lo importante y prioritario es lo que les afecta, no las necesidades de la población.

Todos se arropan con el mismo discurso, la defensa de la democracia y el bienestar del pueblo, engañando a cierta cantidad de ingenuos, quienes creyéndose héroes de la izquierda o la derecha, atacan con furia a quienes no piensan igual.

Esta es nuestra realidad actual, cuya única salida pareciera ser esperar que se cumpla el refrán aquel : no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.

El tiempo dirá que se cumple primero.