En mi época de niñez gustaba asistir a los circos que regularmente visitaban la ciudad , donde todos los asistentes disfrutábamos de un ambiente de fantasía, en medio de payasos, trapecistas, equilibristas , domadores de fieras y magos.

En la actualidad, no es necesario asistir fisicamente al circo, enciendo la televisión o el radio, y aparecen payasos en abundancia, solo que estos aparte de risa, causan daño con sus actuaciones.

También a diario se ven magos, que han desaparecido gran cantidad de bienes y recursos del estado hondureño y ahora , por arte de su magia y la de sus asesores de imagen, se presentan como ciudadanos honrados , preocupados por el bien comun, y un montón de ingenuos les creen.

Definitivamente, no hay otro lugar como nuestra Disneylandia.